viernes, 3 de septiembre de 2010

CUESTION DE PRINCIPIOS - EQUIPO TEATRAL DOMINÓ


Autor: Roberto “Tito” Cossa
Dirección: Leonardo Goloboff
Actúan: Verónica Pérez Luna, Juan Tríbulo
Diseño espacial: Leonardo Goloboff
Banda sonora: Mario Ramírez, Leonardo Goloboff
Vestuario de Melina: Verónica Pérez Luna
Ambientación y vestuario del Padre: Equipo Teatral Domino
Iluminación: Mario Ramírez, Armando Martínez
Asistencia de dirección: Marisol Méndez
Asistencia de producción: Mariana Ezcurra, Mónica Lobo
Ayudantía de dirección y regencia de escena: Mario Ramírez
Fotos Tapa y prensa: Leonardo Goloboff


Este bello y humilde escriba se dirigió a presenciar este espectáculo aprovechando la oportunidad de que el grupo le invitara gratis (Gesto que esperamos que se haga costumbre en los demás grupos, ya que la labor sostenida por este medio no tiene parangón en la historia de la cultura regional y mi dolido bolsillo ya no me permite frecuentar eventos como antaño), y he de confesar que me dirigí un tanto apesadumbrado ya que me siento mas lejos que cerca de las inquietudes estéticas de Don Goloboff , y para colmo de males mis informantes me aseguraron que me iba a comer un garrón, pero…
Porque o una de dos: o yo me estoy haciendo gagá o el Sr. Goloboff se está por morir y en su momento de lucidez premortem, nos entrega su mejor obra.
Un ex sindicalista desea dar forma a sus memorias y para ello deberá reencontrarse con su hija tras una larga separación. La lucha de intereses se impone y da forma a una tragedia en el sentido bernardshaviano del término. Este argumento se presta para un sin fin de ñoñadas y pedorreces ya que el texto invita a caer en ellas fácilmente, aunque también brinda la posibilidad de sondear las insondables profundidades del alma humana, por lo que don Goloboff afortunadamente opta.
En un principio los actores parecen robotos de feria barata, pero con el transcurso del tiempo se posesionan de una energía y sentimiento que ya no es posible encontrar en las tablas tucumanas. La señora Pérez Luna parece un Buñuel de la etapa mexicana, y el señor Tríbulo finalmente demuestra por qué es uno de los más grandes (¡Final de antología, señora, no se lo pierda!)
Por primera vez la escenografía deja de ser mero esteticismo vacuo y potencia el evento con todos sus detalles.
La utilización de la música nos permitirá ampliar la reflexión pocas veces entendida por los lectores de este blog: este gallardo escriba sostuvo y sostiene que el más grande musicalizador de la escena tucumana es el señor Aráoz, ya que su sensibilidad auditiva (que como van las cosas el resto de los teatristas tucumanos carecen) permite “escorzizar” la escena. Los demás se atienen a un falso hedonismo producto de una desnutrición musical que los aqueja y se topan con dos escollos: utilizar la música como relleno o como soporte, y la desaprovechan como elemento constitutivo y creador. En el caso de “Cuestión de principios”, el espectador desprevenido (o adormecido, o desnutrido) tomará las elecciones musicales como toscas y he aquí la cuestión: Silvio Rodriguez puede ser pedorro, La internacional puede ser pedorra, el tecnotango o como corno se llame puede ser pedorro, Pequeña Orquesta de Reincidentes esta buena (recomendamos Traje) y se olvidará que dejarán de ser lo que son para ser otra cosa y no estamos hablando de leitmotiv ni paisaje sonoro. Esta importante reflexión que parece jamás haber sido abordada continuará…
La foto y tapa de prensa dan la sensación de que nos enfrentaremos a cierto naturalismo empantanado y corre el riesgo de hacernos evitar la que hasta el momento es la mejor obra del año. - MIGUEL

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